Tras el despido de Puenzo por parte de Aníbal Fernández, el INCAA será comandado por Nicolás Batlle

Por decisión del propio ministro de Cultura, Tristán Bauer, el actual vicepresidente del INCAA, Nicolás Batlle, será quien comande de ahora en más la agenda de “temas urgentes” del organismo.

Con el despido de Luis Puenzo y su reemplazo interino por Nicolás Batlle se inició este miércoles 13 una etapa de transición en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), envuelto una vez más en una de sus recurrentes crisis, que estalló a principios de esta semana.

El Ministerio de Cultura de la Nación confirmó en la mañana del miércoles que Batlle manejará provisionalmente el organismo como vicepresidente en ejercicio de la presidencia “con el objetivo de dar atención inmediata a la resolución de los temas urgentes del Instituto” y en cumplimiento de las normas de la actual Ley de Cine.

Todo indica que el ministerio conducido por Tristán Bauer se tomará algunos días y aprovechará el receso de Semana Santa para evaluar la conflictiva situación que forzó la salida del cineasta y determinar si se prolonga el interinato de Bauer o es designado un nuevo presidente entre los nombres que circularon en las últimas horas (a la cabeza aparece Lucrecia Cardoso, actual directora de Desarrollo Cultural de la cartera y conocedora de la realidad del INCAA, organismo del que fue máxima autoridad entre 2014 y 2015).

Al quedar confirmado el alejamiento de Puenzo, inmediatamente quedó sin efecto la segunda movilización en 48 horas convocada por el Colectivo de Cineastas, DOCA (Documentalistas argentinos) y otras entidades que venían reclamando desde hace tiempo cambios en la cúpula del INCAA.

En lo más alto del Gobierno se evaluó como insostenible la continuidad de Puenzo, que quedó huérfano de todo respaldo político, sobre todo después del fuerte reclamo a su gestión planteado el lunes pasado durante una concentración frente a la puerta del INCAAA, en Lima al 300, que concluyó en medio de incidentes.

Los sectores que se manifestaron venían cuestionando a Puenzo por no haberse puesto a la cabeza de los reclamos por la continuidad de las políticas oficiales de fomento al cine argentino. Dijeron que el cineasta no asumía la realidad del riesgo cierto a fin de año de la pérdida de los recursos para la actividad dispuesto por la Ley de Cine de 1994, que sigue en vigencia. Otra ley, la 27.432, dispone que el 30 de diciembre de este año deja de funcionar el cobro de impuestos específicos (a las entradas de cine y a la venta de videos hogareños) que se utilizaban para fomentar la producción nacional y son manejados directamente por el INCAA como ente oficial autárquico.