SUFREN LOS HUMEDALES, EL DELTA, SANTA FE Y AHORA, LOS PORTEÑOS

Hace muchos días que los humedales están incendiándose por culpa de la mano humana. Los focos son cada vez más grandes. En Rosario hubo una protesta para que el gobierno apague las llamas y para poder respirar aire limpio.

Hoy, 16 de agosto, llegó el olor a quemado a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La Argentina que importa, que parece ser esa sola, se despertó con el incendio del Delta en sus narices.

Publicamos un estudio que publicó la Facultad de Ciencias Medicas de la Universidad Nacional de Rosario donde argumentaba los peligroso que es para la salud humana respirar el aire del fuego que venia de los humedales. Humedales que se prenden fuego para el cultivo del agronegocio.

Este fin de semana, los santafecinos respiraron 17 veces lo permitido de humo, según la Organización Mundial de la Salud. 17 veces, una locura.

Luego de viajar cientos de kilómetros, el viento llevó todo el humo a capital, que por supuesto es extremadamente perjudicial para la salud. 300 kilómetros a Buenos Aires el olor a quemado viajó. Recomiendan, como en Santa Fe, usar tapa bocas y  barbijos.

Pero esa no es la solución. Todos sabemos que no es la solución

Todos los portales de noticias "nacionales", que en realidad son porteños, darán la noticia y hablarán del olor a humo con el que se levantaron hoy. Pero el delta no se quema solo, los humedales no se queman solos. Los queman, y los están quemando hace años, como cada incendio forestal que acaece en el país. Hay un sistema de desarrollo que no es sostenible con la vida y que, agravado por la gran crisis ambiental que vive el mundo por culpa de este sistema, favorece los incendios, las enfermedades y la muerte. 

Está bien que hablen hoy los porteños de cómo les llega el humo, pero no hagan humo con la noticia luego. Es un problema complejo, con intereses profundos de una hegemonía que no respira el mismo aire que la mayoría de los habitantes.